El principe de Mitre

El diario más católico y por ende menos liberal alerta desde su editorial dominical sobre los riegos que acechan a la salud de la república.
Las críticas a Néstor K son esperables y hasta deseables. Pero que señale como extemporáneo el pensamiento de Niccolo Machiavelli o Nicolás Maquiavelo, es imperdonable.
La Nación debería saber que Maquiavelo como buen hombre del renacimiento italiano hizo de todo: político, historiador, militar, dramaturgo, pero por sobre todas las cosas fue un refinado filósofo político.
Si bien la mayoría de los Politólogos le asigna la paternidad de su disciplina a Thomas Hobbes, es indudable que la obra del florentino marcó una bisagra hacia la modernidad en el pensamiento político.
El aporte más importante de Maquiavelo reside en el hecho de que reflexionó sobre la existencia de un imperativo propio de la política. No se limitó a señalar la diferencia entre la política y la moral, llegó a proclamar una vigorosa afirmación de autonomía, en donde la política tiene leyes y lógicas que le son propias. A partir de Maquiavelo la moralidad y la religión son, ciertamente, ingredientes fundamentales de la política, pero solo en forma instrumental.
También fue él creador del significado que se ha atribuido al Estado en el pensamiento político moderno. La propia palabra Estado, empleada para designar al cuerpo político, soberano, parece haberse difundido en los idiomas modernos en gran parte debido a sus escritos.
El realismo político que inauguró el secretario florentino se contrapuso al pensamiento escolástico. Este hecho, sumado a su militancia republicana y las oportunas críticas que le hiciera al Vaticano le valieron el encono de la iglesia católica. Sus libros entraron en el listado de best-sellers de la época que era el Index papal, paso previo antes de ir a la hoguera.
Fue la propia Iglesia la que promovió la leyenda negra sobre Maquiavelo, dando origen a conceptos tales como "maquiavélico" y "maquiavelismo” para señalar cualquier engaño o corruptela política.
Pese a esto la obra de Niccolo ejerció una influencia decisiva sobre pensadores de la talla Rosseau, Hobbes, Mosca, Sorel, Michels, Gramsci y Pareto entre otros.
Pocos días antes de morir tuvo un sueño en el que se tropezaba con una turba descompuesta de harapientos mendigos, y cuando preguntó quienes eran, una voz le respondió que eran los bienaventurados del paraíso, porque estaba escrito que los pobres heredarían el reino de los cielos. Siguió andando y se encontró con un grupo de caballeros afables, corteses y bien vestidos, que discutían animadamente de cuestiones políticas. Entre ellos pudo reconocer a algunos sabios de la antiguedad. Entonces la voz misteriosa le comunicó que aquellos eran los condenados del infierno, pues está escrito que la sabiduría del mundo es enemiga de Dios. Al despertar y contar el sueño a sus amigos, Maquiavelo confesó que prefería estar entre estos últimos.