Punteros eran los de antes

Ayer vi por sexta vez Pandillas de NY, del genial Martín Scorcese. Si NK compartió este privilegio tiene que convocar al pandillero Monk Eastman para la organización del meeting.
Más allá de los méritos artísticos, la película resulta aleccionadora sobre las prácticas políticas en los Estados Unidos. Nuestros Curtos envidiarían la forma en que el candidato, Monk Eastman, llevaba a votar a los parroquianos de la gran manzana . En una de las escena del film, un puntero le informa al líder del Partido Demócrata de Nueva York , que sus votos ya superan el padrón electoral. A lo que el Jefe Demócrata responde -no paremos hasta triplicarlos!!!
Borges en un excelente cuento, “El proveedor de inequidades”, nos da una descripción del amigo Monk.
“Desde 1899 Eastman no sólo era famoso. Era caudillo electoral de una zona importante, y cobraba fuertes subsidios de las casas de farol colorado, de los garitos, de las pindongas callejeras y los ladrones de ese sórdido feudo. Los comités lo consultaban para organizar fechorías, y los particulares también. He aquí sus honorarios: 15 dólares una oreja arrancada, 19 una pierna rota, 25 un balazo en una pierna, 25 una puñalada, 100 el negocio entero. A veces, para no perder la costumbre, Eastman ejecutaba personalmente una comisión.”